sábado, 10 de diciembre de 2016

Leyendo tus caderas



Busco por tus caderas las señales
de los besos nocturnos derramados
en gotas de mi sal en los panales
que florecen, si somos excitados.

Mi musa, mi candente travesura,
la noche no duró lo suficiente
y el deseo no para ni se cura
con una noche tibia o ya caliente.

Posiblemente el fin de la semana
compense las ausencias y se vierta
lo dulce del amor en luz temprana.
Quememos nuestra duna, que despierta.

Autor: Jorge de Córdoba

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