Que tus
dioses perdonen mi delirio
y los santos
disculpen toda brama
pues tu
cuerpo describe nueva trama
enmarcada en
mi sed y tu martirio.
Tus hábitos
no fueron suficiente
y el deseo
nos prende los instintos.
No temas,
que no somos tan distintos,
por tu
causa, el invierno ya es caliente.
En un roce,
cargado de respuestas,
nos dijimos
verdades escondidas.
Haré, lo que
me indiques, lo que pidas...
Llevas
nuestro destino siempre a cuestas.
Autor: Jorge
de Córdoba
Ese llevar el destino a cuestas...ponernos en las manos y en el corazon del otro...un hermoso sentimiento de confianza plena. Me gusto muchisimo el poema, y no te lo he dicho pero las imagenes que eliges son todas fantasticas. Abrazo.
ResponderEliminarEn un salto de fe... de confianza en este caso... el amor, la pasión se vuelca todo y todo lo puede.
EliminarCelebro te gusten y, como sabes, valoro en mucho tu comentario.
Un abrazote desde estos lares de mi México