Con las manos sujetas a la espalda
y con la piel brillando por deseo
recorro tu sabor en un paseo
que culmina en locura que te escalda.
Con tus piernas abiertas al placer
expones el manjar de los manjares...
La rosa enrojecida por los mares
consigue con locura embravecer
los temblores y furia desbocada…
la misma que contienes a destajo.
El temblor te recorre desde abajo
libertando tu vida derramada.
Autor: Jorge de Córdoba
Hoy nos vinimos mas y mas intensos!!!
ResponderEliminarAqui diriamos..Madre miaaaaaaaa!!! jajajaja
Que poema!!! Impecable en sensualidad y erotismo
y una foto preciosa que lo acompaña!!! abrazos Jorge!!!
Culpa de la Musa.
EliminarTodo debe ser intensidad... aún en lo sutil.
Gracias Eli por estar entre versares
Un abrazo.