El, posee tu amor
yo, bebo tu pecado.
El, conoce tu flor,
yo, solo la he besado.
El calor no se apoca, se lleva sobre el alma
así que lo sentimos con toda intensidad.
El beso que nos dimos en su oportunidad,
como sal en la roca, se prendó de tu palma.
No importó el sacramento ni el tiempo o la distancia:
una vez por semana juntamos las pasiones
que tocan la campana de dulces ocasiones.
Conmigo no hay lamento por quemar tu fragancia.
A su vera un trofeo, de este lado una diosa...
bendita la ceguera de un ser enamorado.
El tiempo nunca espera, pues jamás ha esperado,
te digo lo que veo: conmigo eres grandiosa.
Autor: Jorge de Córdoba
Pareciera tratarse de un amor prohibido
ResponderEliminarpero la pasion y el amor son dificiles de contener o reprimir....
Toda una manifestacion de sentires en libertad. Hermoso. Un abrazo!!!
Somos pícaros los humanos.
EliminarAquello prohibido llama más la atención, despierta el deseo.
(Que le pregunten a Adán)
El amor, no se debe contener pues es para vivirse en el "Aquí y ahora"
Un abrazo desde estos lares.
En el pensarlo hay pecado. Siempre estaremos pecando , porque al.pensarlo se miente, y se disfruta el.pecado.
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