Solo algunos entienden la manera
de entregar totalmente los sentidos
motivando la vista y los oídos
de una forma completa, más llanera.
Exponemos la piel a las caricias
del cuero desbocado y hasta crudo
exhalando un aliento dulce y mudo
que demanda del fuego sus delicias.
Lo que importa es que siento y que me sientes
llegando con lujuria hasta el extremo.
Te prendes, al momento que me quemo,
cuando pides caricias más calientes.
Autor: Jorge de Córdoba
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