Si quieres que detenga mis empeños
y no busque la sal cristalizada...
Si mandas que retire mi entramada
y quite las falanges de mis leños...
Tu boca, silenciosa de sonidos,
se mantiene en un gesto de sorpresa
Así mi mano busca por la mesa
la fruta de suspiros contenidos.
Tu perfume provoca mi delirio...
esa esencia que escapa de tu centro.
Perdona que te roce tan adentro,
pero busco quemarme en tu martirio.
Autor: Jorge de Córdoba
Conoces bien la ruta del placer, disfruta lo que tiene que ofrecer
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