Un pelmazo maldito del infierno...
que, según tus palabras, soy demonio
pervertido, escribiendo en el cuaderno
de tu piel. Un engendro babilonio.
Coincido cuando tienes la razón...
y el Gehena me manda por tu fruta.
Mi lógica no tiene corazón
trazando por tu cuerpo ardiente ruta.
Enciendo la candela que derramas
al tacto delicado e indiscreto...
De mis dedos retienes dulces flamas
que acarician tu monte y su secreto.
Autor: Jorge de Córdoba
Si el deseo merece ese castigo, quemarme en el infierno es mi destino.
ResponderEliminarComo debe de ser.
EliminarTus dedos y mi cuerpo... Perversión en camino🔥
ResponderEliminarCon un preciado destino.
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