Si te contara mi gran amiga; si te contara...
¿Recuerdas las puertas del templo?
¡Se han caído!
Fueron abatidas por huracanes y brisas.
Las abatieron los tiempos;
los llantos sin sonido…
las carreras sin prisas.
Si te contara mi gran maestra; si te contara,
La palabra empeñada;
el salón de castigos,
el mantel bajo la mesa.
Aquella cañada…
los besos sin testigos
el perfume de quien besa.
Si te contara, dulce amante; si te contara;
Tus ojos están grabados en mi mente,
tu aliento lo llevo impreso en el alma.
Y… aunque honré mi palabra de no mencionarte…
Eres, por cada latido, un mundo aparte.
Te llevo en mi memoria… en un perfecto recuerdo.
Autor: Jorge de Córdoba
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