Llegué a la conclusión que tu no existes.
Naciste de los sueños que mis dedos
dibujan en el aire y tus cabellos
por las copas servidas en barriles.
Tu perfección me mata cuando gimes
al paso de mi lengua en recovecos
del fruto que reclama por mis besos
soñando el paraíso cuando grites.
Tu ritmo en contoneo delicado...
el aire que se escapa por tus dientes
al tiempo que me embriago de tu vaso
y separo los pétalos con creces.
El tenerte en mi cama sin recato
es un sueño, el placer de los placeres.
Autor: Jorge de Córdoba
Soneto asonante.
Incitante, ardiente, hermoso...
ResponderEliminarGracias Jorge , los sueños también pueden hacerse realidad.
Ambos lo sabemos.
Gracias NLDM. Siempre.
Eliminar