Apostamos dormir de agotamiento
sin abrazos ni besos ni distancia.
No pude. Enloquecí por tu fragancia
y mandé de paseo el juramento.
No pretendo que duermas pocas horas.
Sin embargo, me prenden tus maneras
al exhalar perfume con maderas
de frutos rojos, fuego, uvas y moras.
Tu suspiro me pide del potaje
que se forma al unir las travesuras.
Debo decir: tus frutas ya maduras
desatan lo gentil en lo salvaje.
Autor: Jorge de Córdoba
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