Compartimos café, mantel y velas
en una noche cálida de amantes.
Todo desaparece por instantes:
se mueven las calderas y propelas.
Te gusta que mis dedos acaricien
el café que resbala por tu boca.
Convocas llamarada dulce y loca
haciendo que mis sales se desquicien.
Atraes mis falanges al morderlas
e incitas con tus labios los jadeos
pues quieres provocarme más mareos
al verter en tu boca fuego y perlas.
Autor: Jorge de Córdoba
Excitante en cada verso ..
ResponderEliminarEsa es la intención.
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