La flor es un conjunto delicado
de grandes y pequeñas coincidencias.
Tiene, con sus espinas, advertencias
que cuidan la belleza en su tocado.
Una Musa que besa su café
con mirada de diosas atrevidas
es dulce laberinto sin salidas:
una cumbre de fuego y toda fe.
Si la Musa sonríe a todo mundo
y en sus ojos destella la certeza
mi latido se crece con presteza
arrobando un sentir azul profundo.
Autor: Jorge de Córdoba
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