Yo podría contarte ese detalle
que enloquece, me mata y me motiva
a recorrer tu cuerpo desde el talle
y lograr que tu sangre grite viva.
Si tú buscas saciar en mis tormentas
la demencia candente de la brama
comprendes que me creces, que me aumentas;
No puedo contener amor y flama.
La discreción se queda en el olvido
y el brillo en tus mejillas es la ofrenda
al placer que te entrego y que te pido
de tu mar en sus puertas y su senda.
Autor: Jorge de Córdoba
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