Me pierdo en el pecado y la sentencia
de forma que no puedo separar
mis deseos de carne y de salitre.
Te señalo culpable del delirio
que me pierde y provoca las entrañas
con solo ver tu forma en el andar
me robas el aliento y atención.
De nada sirve fuerza y voluntad
si el corazón se crece en tu perfume...
Mi cuerpo se somete a tu mirada
y la vida se marca con tu nombre.
Autor: Jorge de Córdoba
Endecasílabos blancos
Con acentuación 6,10
El sentimiento es mutuo y no cambiará, aún te sigo esperando.
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