Tu cabello se amolda con mis manos
trenzado entre mis dedos que sujetan
movimientos candentes que me retan
a llevarte a los cielos y otros planos.
Tu cadera acelera la cadencia
apretando los labios magistrales.
Me llevas al final de los finales
exigiendo te empape de mi esencia.
Nuestra piel perfumada por los mares
brilla con la candela ya escarlata.
Me robas un latido que se escapa
al unir en los mundos nuestros mares.
Autor: Jorge de Córdoba
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