miércoles, 29 de junio de 2022

Estabas dormida


Me provocas temblores y descargas

para después dormirte ya rendida.

Parece un laberinto sin salida

y en silencio las noches son más largas.

 

Las palabras no dichas son amargas

y buscan regalarte nueva vida;

perdona que de nuevo te lo pida

me enloqueces, me prendes y me embargas.

 

Buscaré que mis dedos te despierten

de una forma sutil y muy despacio;

sentirás que tus sales se divierten

 

al palpar con tus labios el topacio,

que se mojan, perfuman y convierten

en aliados brindando tu palacio.

 

Autor: Jorge de Córdoba

Soneto endecasílabo

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