Estaba respirando tus suspiros
de forma tan intensa y alocada
que mi lengua escribió con nuevos giros
la consigna de flama congelada.
Mis dedos se crisparon un momento
en tanto tu cintura convulsiona
empujando tu goce y su lamento
en donde la lujuria me aprisiona.
Inconexas palabras encendidas
que brotan de tu vientre al recibir
fricciones alocadas, comedidas,
en versos que se esperan concebir.
Autor: Jorge de Córdoba
Te seguiré esperando
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