Nos miramos al Este, Oeste y Sur
en el triángulo dulce de la anuencia.
La profecía magra del augur
se cumple con tu porte y gran esencia.
Provocas que mis labios te acaricien
de formas sugestivas y dementes.
Tus suspiros consiguen se propicien
respuestas de las lluvias transparentes.
Mis manos se deslizan dónde pueden
y llegan a lugares prometidos.
Dejamos que las horas siempre rueden
al ritmo de la brama y alaridos.
Autor: Jorge de Córdoba
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