Encuentro pinceladas que los años
grabaron en tu piel azucarada.
Desde siempre, te sobran muchos paños
pues tu piel es la dicha preparada.
Las calendas dejaron testimonio
de tus fuegos en gritos de reserva.
Con ternura conviertes al demonio
en un mar de lujuria que te enerva.
Tu cabello entrecano y luminoso
aún despide aromas de lujuria
al mover tu panal, por siempre hermoso,
conjugando mi brama con tu furia.
Autor: Jorge de Córdoba
No hay comentarios:
Publicar un comentario