Leía sensaciones de humedad
salada por azúcar prohibido.
y el cielo que parece cohibido
dibuja por tu cuerpo la beldad.
Declaro ser culpable de la culpa
también el pecador de los placeres.
Si busco el paraíso en las mujeres
lo encuentro en sus caderas y su pulpa.
Conoces que mi fuego te rastrea
por donde tu pretendes que lo encuentre.
La brasa ya reclama que te centre
y a besos se derrame tu marea.
Autor: Jorge de Córdoba
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