miércoles, 5 de abril de 2023

Ni quien lo niegue


Dibujé con salitre cada pliegue

tras las indicaciones del gemido

gozaste ser un ángel ya caído

al combinar la sal, ni quien lo niegue.

 

Aprendimos a darnos sin medida

el placer de tu pétalo escarlata.

Si lapidamos toda nuestra vida

en el beso que crece y luego mata.

 

Mis dedos se quemaron en tu vientre

rozando con premura pecadora.

Pediste que mi azufre por siempre entre

y lubrique tus curvas en buena hora.

 

Autor: Jorge de Córdoba

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