El café, la mañana, los sonidos;
el aurora, los grillos, el sereno.
Un segundo, un momento de alaridos...
y mi boca, soñando con tu seno.
En mi espalda, el recuerdo de tus uñas,
en mis brazos, la marca de tus dientes.
Con tus besos clavaste dulces cuñas
y gritaron que vives lo que sientes.
En mi cuerpo el perfume de tu mar,
en mi mente, la imagen de tu entrega
abatiendo tus piernas a la par
que la cumbre del fuego ya nos llega.
Autor: Jorge de Córdoba
Entregando la pasión que tanto anhelan...
ResponderEliminarExquisito!
Gracias NLDM celebro te haya gustado.
EliminarAlgunos olores despiertan los sentidos, avivan los momentos tos exquisitos olores,.las.marcas por dentro y.por fuera de esos encuentros pasionales.
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