Contaba la distancia al paraíso
y al cielo inconfundible de tu aroma.
Celebras el bendito compromiso
de quien todo te entrega y todo toma.
Medimos las pulgadas, con mis besos,
que tienes de las piernas a los hombros.
Suspiros que temblaron de embelesos
transformaron las horas en escombros.
Separamos tus pétalos mojados
en cadencias intensas y dementes.
Con tus ojos, abiertos o cerrados,
lanzaste gritos dulces, diferentes.
Autor: Jorge de Córdoba
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