Me pregunto si existes, me pregunto...
Desperté en soledad, enloquecido
empapado de sales, a tal punto...
que me duele la vida cual caído.
Las sábanas me gritan tu perfume.
La mesa que volcada, con las marcas
de tus manos, se muestra y me presume
las huellas de las horas siempre parcas.
Me lanzo a las plazuelas a buscarte
y encuentro tu labial en la encimera
bajo marca de un beso, como el arte,
grabada en el espejo que te espera.
Autor: Jorge de Córdoba
Huellas que no se borran
ResponderEliminary se espera por su vuelta.. Hermoso poema. Linda noche Jorge
El anhelo del reencuentro.
EliminarCausa suficiente excitación como para brincar un latido.
Gracias Eli por leerlo y comentarlo.
Un abrazo.
Cuando quedan buenos recuerdos es.porque hubo.buenos momentos que queremos continuar. Bonitas letras .
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